Y por las calles vaga solo el corazón
sin un mal beso que llevarse a la boca
y sopla el viento frío de la humillación
envileciendo cada cuerpo que toca.
Y yo me muero de
ganas de decirte que
me muero de
ganas de decirte que
me muero de
ganas de decirte
que me muero de
ganas de decirte que
que te quiero.
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